Entre los aullidos del viento y las tormentas de nieve de Crestaclara yacen muchas historias sin contar. Entre ellas, el nombre Radinov se erige como un símbolo de lealtad y protección. En esta edición de Journey avanza, veremos el pasado de la familia y descubriremos las leyendas que forjaron en el corazón de las ventiscas.
La familia Radinov es una de las más antiguas de Crestaclara, conocida por su lealtad, fe y sacrificio. El primer jefe de la familia, Valram, hizo un juramento durante una feroz tormenta de nieve cuando le otorgaron el título de conde: «Con el nombre de Radinov, juro proteger Crestaclara». Desde ese momento, la familia asumió la sagrada responsabilidad de defender la tierra, y sus miembros se convirtieron en algunos de los seguidores más devotos de la Luz divina.
Durante la Primera Guerra Divina, el entonces jefe de la familia, Viktor, unió fuerzas con la familia Valesa para repeler la invasión de los hipodemonios. El ejército de caballeros de la familia Radinov jugó un papel crucial en esa batalla, ya que logró frenar el avance de los hipodemonios e inspiró a la gente de Crestaclara a unirse a la lucha. Sin embargo, su valentía tuvo un costo: los hipodemonios se vengaron brutalmente y casi exterminaron a la familia. Aun así, el juramento de los Radinov de proteger Crestaclara nunca flaqueó, y se mantuvieron firmes contra las fuerzas de los hipodemonios.
Carolina era una noble de la familia Radinov, admirada por su gracia y modales impecables. Desde joven, se la consideró la hija noble ideal, elogiada tanto por su belleza como por su educación refinada. Como seguidora devota de la Luz divina, tomó la drástica decisión de renunciar a la riqueza y el estatus en los que nació para viajar al Templo de Crestaclara, servir a Dura y seguir su fe.
Cuando ocurrió el desastre y la familia estuvo a punto de encontrar su destrucción, Carolina y su hermano Callan lograron escapar por un pasadizo secreto. Para proteger a su hermana, Callan se quedó a luchar contra sus perseguidores, lo que le dio a Carolina tiempo para esconderse en lo profundo del pasadizo y esperar a que su familia regresara. Sin embargo, el tiempo pasó, sucumbió a sus heridas y se desmayó. Cuando despertó, se dio cuenta de que se había convertido en una no-muerta.
Callan, el hermano mayor de Carolina, era un mago especializado en la investigación del alma y trabajó con enanos para desarrollar constructos mecánicos. Compartía un vínculo profundo con su hermana.
Hace mucho tiempo, durante la guerra contra los hipodemonios, consideraron que Callan no era apto para las líneas del frente, por lo que se quedó a defender la propiedad de la familia. Usó su habilidad con las máquinas para controlar constructos mecánicos con los que intentó proteger su hogar. Sin embargo, el acero y los engranajes no pudieron contener la marea de hipodemonios y la propiedad cayó. Callan y Carolina escaparon por el pasadizo secreto, pero, para proteger a su hermana, Callan vinculó el alma a una de las máquinas y le dio una orden: «Protege a mi hermana y no dejes que nadie entre al pasadizo».
Desde ese momento, Callan se convirtió en un guardián mecánico impulsado por su alma, y cumple su última orden sin cuestionarla. Derribaba a cualquiera que pusiera un pie en el pasadizo, ya fueran hipodemonios o intrusos. Incluso después de que Carolina se convirtiera en no-muerta, la misión de Callan no cambió: continuó vigilando la entrada e impidiendo que alguien se acercara al lugar donde yacía su hermana.
En la próxima misión de Reputación de clan, la eminencia y Carolina unirán fuerzas para desafiar los prejuicios de la gente de Crestaclara contra los no-muertos. Más importante aún, esperan demostrar que el legado de la familia Radinov (lealtad, protección y sacrificio) trasciende tanto el tiempo como la muerte.